INCEPTION (ORIGEN) - La Película
Anna Horno

 

Libera Tu Ser - Reflexiones personales: "INCEPTION (ORIGEN) - La Película"

 

Una gran “adaptación” para un profundo mensaje

La película se desarrolla en el contexto de los intrincados laberintos de nuestras mentes. Explora nuestras capas inconscientes de negación y el origen de nuestras proyecciones.

Origen, una idea que ha echado raíces en nuestra mente, “extendiéndose como un cáncer”; es la que determina todo nuestro mundo, nuestra “realidad”, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras decisiones…

La realidad se crea a partir de ideas, y éstas pueden ser ideas egóicas o ideas divinas. Que nuestras creencias estén en sintonía con Dios o con el ego, definirá nuestra disposición para convertirnos en príncipes de la paz y del amor o esclavos del miedo.

Una amiga me comentaba a propósito de la esencia violenta de esta película. Pero en mi opinión, esa apariencia de violencia no es más que la forma para transmitir un gran mensaje. Si conseguimos desprendernos de todo juicio y prejuicio, nos encontraremos en mejores condiciones para captar el profundo y verdadero significado que encierra.

Debido a la naturaleza intrínseca de nuestros sueños, la presencia de la violencia, tal como yo lo veo, está aquí más que justificada, ya que se trata de las “defensas” con las que reaccionamos habitualmente frente a las “intrusiones ilusorias”, o lo que es lo mismo, aquello que percibimos como amenazas del exterior. Efectivamente habrá quien la juzgue de violenta, pero es la misma violencia a la que se enfrentan nuestras mentes a diario, y cuyos únicos responsables somos nosotros mismos, las elecciones que hacemos. La violencia física es sólo una forma de violencia, y es igualmente violento cada uno de nuestros pensamientos de ataque hacia nosotros mismos o hacia cualquiera de nuestros hermanos. Es violencia juzgar en lugar de contemplar; es violencia condenarnos hasta reducirnos a una existencia física que niega nuestra realidad espiritual, es violencia abrigar resentimientos en vez de perdonar… toda forma de ataque lleva implícita la violencia.

Y en definitiva, ¿qué es la violencia, cuál es su “origen”? Desde mi punto de vista el origen no es otro que el odio que sentimos hacia nosotros mismos, fruto de la creencia en el pecado, de la idea de que no somos suficientemente aptos, o buenos o merecedores ante los ojos de Dios. Y la violencia no es más que la expresión en el mundo de esa idea original que pretende atentar contra nuestra verdadera identidad.

La película escenifica perfectamente los mecanismos de defensa del ego, de la amenaza al ataque; nuestros temores inconscientes reflejados en el sueño/el mundo, las imágenes que proyectamos, la culpabilidad por lo que creemos haber hecho, el anhelo de volver a nuestro hogar, las promesas que el ego no puede cumplir, las defensas que alzamos entorno a nuestro cuerpo, creyendo que esa es nuestra identidad y temiendo perderla, y en general, el mundo de las ideas (origen y causa de todo sufrimiento en el mundo).

Los diálogos de toda la película son en extremo interesantes, y existen además escenas concretas que establecen una clara analogía con lo que sucede en nuestras mentes, situaciones que evocan nuestro transitar por este mundo: desde la culpa en nuestra mente hasta el castigo en nuestra experiencia del mundo.

Cuando el protagonista proyecta imágenes de su mujer, son siempre imágenes que llevan impreso el sello de la culpabilidad; cada proyección le recuerda que ha incumplido su promesa, que la ha abandonado, y que por ese motivo ella está triste y furiosa. Esta situación contiene un claro paralelismo con las proyecciones que nuestra mente fabrica en relación a la idea de pecado/castigo. Nosotros creemos estar separados de nuestra Fuente, creemos haber abandonado a nuestro Creador, creemos estar en pecado y ser merecedores del más cruel de los castigos. De este modo, poblamos nuestro mundo con las ideas-manifestaciones de castigo que creemos el propio dios nos infringiría, y nos “castigamos” mediante la enfermedad, la falta de recursos, el desamor, el abandono, el sufrimiento… y finalmente la “muerte”.

En una secuencia de la película el protagonista mira de frente sus ideas y temores, es la escena en que se sincera con la protagonista y reconoce sus sentimientos de culpabilidad. Ella le proporciona la clave: debes perdonarte por lo que no has hecho.

En la misma medida en que seamos capaces de perdonarnos, seremos capaces de perdonar también a los demás y viceversa, hasta que finalmente veamos únicamente la inocencia en todas partes.

Necesitamos a Alguien que desde fuera del sueño nos ayude a despertar. Me recuerda a “la patada” en la película, o la música que, como un eco lejano, escuchan los personajes dentro del sueño y que es una llamada a despertar, que estaría relacionado con nuestra aceptación de la guía del Espíritu Santo en nuestras mentes y en nuestras vidas… esa voz susurrante apelando a nuestra inocencia e invitándonos a volver junto a nuestro Padre, al fin libres de todo pecado.

Por último, cuando el protagonista se despide de su mujer, nos recuerda que a las proyecciones hay que tratarlas con amor y comprensión, ya que son una parte escindida de nuestra propia mente, y sólo mediante el perdón (que derriba los obstáculos a la presencia de la paz y del amor), podremos abrazarlas a todas por igual en perfecta unidad.

Necesitamos cambiar de idea respecto a Dios, respecto a nosotros mismos y a los demás. Es nuestro trabajo aquí y ahora, si es que por encima de cualquier otra cosa deseamos volver a Casa.

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